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El deporte es el reflejo de la vida donde se marca el contraste entre ella y la muerte. Caras felices, gestos triunfantes, amor y compañerismo; pero también saltos en falso, caídas, heridas agónicas y semblantes melancólicos de un triunfo arrebatado… Todo eso es el BMX o bicicross.

 

Texto y fotos Daniel Echeverri

jechev32@eafit.edu.co

 

Es en el torneo que se hace periódicamente en la pista de la Comisión Antioqueña de Bicicross, ubicada en el barrio Belén, donde se refleja el contraste de la frustración y el éxito que habitualmente se viven en este deporte. Y de ese contraste se sirven los entrenadores para enseñar a enfrentar los fracasos y potenciar las victorias en la pista de la vida.

 

Aunque no ganaran un trofeo y prestigio con su victoria, los niños que entraban al partidor aspiraban a ubicarse en el puesto número uno del podio y tener este triunfo simbólico en su carrera. Esta misma pista, al día siguiente, seguirá recibiendo las clases regulares, que se hacen la mayoría los viernes, sábados y domingos.

 

El profesor, Rubén Alberto Preciado, responde las preguntas en voz alta para que sus pupilos escuchen. Relata que llegó a este deporte por accidente. Estaba haciendo sus prácticas profesionales en ciclismo, pero se presentaron dificultades con los deportistas porque había incumplimiento con el pago de los entrenadores y eso frustró las aspiraciones que tenía en ese momento.

 

Luego llegó a esta liga y aquí finalizó esa etapa… y se quedó. “Lo que distingue el BMX a las demás disciplinas ciclísticas es que se caracteriza por su alto nivel de riesgo: quien lo practica debe ser arrojado, no tener temor y ser responsable”, argumenta el entrenador.

 

Riesgo, adrenalina, sed de gloria

 

Cuando va a dar partida a la primera manga de soñadores, dice que los últimos que iban en la salida eran los más nuevos: no llevaban más de dos semanas.

 

También que le gusta entrenarlos porque tiene fe de verlos en un futuro como grandes exponentes del bicicross ya que “Antioquia ha tenido deportistas de un nivel espectacular y que se han proyectado a nivel mundial, como Santiago Duque Meluk, Augusto Castro Herrera, Carlos Mario Oquendo, Sergio Ignacio Salazar, Mariana Pajón, Andrea Zuluaga...”

 

Para tal logro, los niños y niñas, los cuales la mayoría no superan los 15 años, debían intentar saltar por las mesetas, camellos y demás obstáculos, y volar tanto como las avionetas que partían del Aeropuerto Olaya Herrera y aterrizaban cerca al mismo escenario donde estos niños se jugaban su vida ante el riesgo.

 

Daniel Londoño Plata es de los más experimentados que presenciaban la competencia. Practica este deporte desde hace 12 años y pertenece a la preselección Antioquia. Justifica su afición por herencia: “Comencé porque mis padres eran muy aficionados a las bicicletas y a la adrenalina, y lo que más me gustó fue la competencia y las rivalidades que se dan entre los compañeros”.

 

Comenta que “siempre afronto el riesgo con mucha concentración y con todos mis elementos deportivos” y que “siempre me ha gustado la participación de Mariana Pajón y la de otros grandes deportistas élite como Carlos Mario Oquendo y Estiven Salazar”.

 

Aunque la mayoría llegó a practicar luego de los triunfos de Mariana Pajón y Carlos Mario Oquendo en los Olímpicos de Londres, él afirma que “una gente viene acá por moda porque el deporte está arriba, en los medios, por los triunfos conseguidos, pero algunos los practicamos de corazón”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Enseña a conseguir grandes metas

 

Otro espectador de las enseñanzas que traían los obstáculos de la pista es Juan Camilo González, el cual tiene 16 años y pertenece al Club Bacalaos, en la categoría 15-16 novatos. Practica este deporte hace ocho meses.

 

“Siempre he estado en varios deportes y el que más me llamó la atención fue este porque se vive mucho la adrenalina y la pasión”, relata este joven fanático.

 

Comenta que hacer bicicross “me ha ayudado a aumentar las ganas de seguir adelante y luchar por una meta. Lo que más me ha enseñado es a valorar más lo que uno hace, a luchar por las metas que uno se propone y a cumplirlas”.

 

En la gerencia de la Comisión de Bicicross de Antioquia hay tantas imágenes de Mariana Pajón que parece un altar. No es gratuito, pues esta carismática mujer es una especie de dios en este deporte y porque lo abrió al público femenino.

 

Rubén Preciado asegura que “las mujeres ya practicaban antes este deporte, pero su participación se ha masificado desde la victoria de Mariana en los Olímpicos. La llegada de las damas ha sido importantísima, vemos niñas que apenas están empezando y muestran unas posibilidades enormes de desarrollarse y triunfar”.

 

Adelante, siempre hacia adelante…

 

                                                                                   Valentina Osorno, de 14 años, está en el cuarto nivel de los semilleros y comenzó                                                                                    en abril de este año. Ella corrobora el mito de “la Pajón” diciendo que “se puede                                                                                        salir adelante y Mariana es un ejemplo a seguir. Creo que con este deporte puedo                                                                                    sobresalir. He aprendido a saber que si te caes te levantes, siempre estar                                                                                                   concentrado en lo tuyo y si tienes un sueño debes cumplirlo metiéndole                                                                                               toda”.

 

                                                                                   A esto agrega que llegó porque “mi hermano empezó y me emocionó mucho                                                                                           pues me gustan bastante los deportes extremos. Estoy muy animada porque es                                                                                       un deporte para estar bien de salud y por el hecho de practicarlo no significa que                                                                                     vamos a dejar de ser femeninas. A las mujeres nos ven como débiles pero si tú te                                                                                     propones lo puedes hacer y hasta somos capaces de ganarle a un hombre”.

 

                                                                                     María José Escudero, con 14 años y quinto nivel del semillero, dice que practica                                                                                        hace seis meses porque su hermana alfabetizaba aquí y cuando venía con ella                                                                                          se dio cuenta que le gustaban las ciclas y la adrenalina. Esto le ha mostrado el                                                                                          valor del compañerismo, de esforzarse y poder de confiar en ella misma.

 

A esto le suma que “las mujeres tenemos la capacidad a llegar a donde queremos si luchamos. En esto nos ha ayudado la imagen de Mariana Pajón porque no es solo un ejemplo para las niñas, sino también para los niños”.

 

El ánimo de las familias

 

En las tribunas la incertidumbre del triunfo o fracaso de los hijos o parientes es más evidente. Ángela Otálora, abuela de uno de los niños que está en clase, dice: “Mi nieto tiene 13 y antes practicaba fútbol. Vio este deporte y le llamó la atención la pista y las participaciones de Mariana. Empezó este año. El deporte le ayuda a liberar toda la energía ya que es hiperactivo”.

 

Por su parte, Gloria Álvarez le da ánimos a su niño que no pasa de los 10 años y argumenta que “a él siempre le ha gustado mucho. Lo he inscrito a varios deportes pero él se inclinó por este. El día que le digo que no puedo llevarlo me dice que no quiere faltar, que él va solo; sin duda este es el que más le gusta”.

 

Dice que los resultados han sido muy positivos porque él antes no sabía saltar, tirarse de partes altas y eso libera mucha adrenalina, pero él ya se arriesga y lo siente más normal, ha ganado más seguridad y el profesor ha sido excelente.

 

“Él quería entrar hace tiempo, si no que vivimos lejos de aquí y tocaba pagar cuatro pasajes desde el barrio Manrique, pero ya el metroplús facilita las cosas, así que lo inscribí. Esto le ha brindado más seguridad en lo que él hace. Ya no actúa con temor y es decidido”, dice esta madre satisfecha de la actuación de su hijo en la pista.

 

“Él empezó antes de los Olímpicos pero el triunfo de Mariana le ayudó a que estuviera más motivado a participar en competencias y a estar revisando en internet sobre los inicios, las caídas, los triunfos y las competencias de estos grandes deportistas”, argumenta la señora Álvarez.

 

Una meta: formar personas más fuertes

 

En este juego donde se

enfrenta a la vida, se le

da la cara al fracaso y

se prueba la frustración,

el deporte va más allá de

ser una actividad física:

sirve para formar un tipo

de personas que aprenden 

a querer las victorias y

aprovechar las derrotas.

 

Esto es gracias a, según el

entrenador Preciado, “los

entrenadores, padres y

deportistas que hemos

llevado al deporte al sitio

donde está, porque el

gobierno ha hecho poco

por este deporte. Ha sido un

esfuerzo conjunto de todos los que  mencioné para aplicar los procesos de la  metodología para que cuando vayan a  eventos internacionales logren medallas”.

 

Un esfuerzo por enfrentar la vida y huir de las malas prácticas de esta vida traidora, de contrastes, el que intentan estos niños. Igual al intento que hacen por volar tanto como los aviones que adornan sus entrenamientos.

BMX: el salto entre la victoria y el fracaso

Informe de Teleantioquia Noticias que destacó los inicios en Medellín de la campeona olímpica colombiana, Mariana Pajón.

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