Jóvenes que practican hapkido en Medellín están inconformes con el nuevo lugar que les dieron para sus entrenamientos. Dicen que las instalaciones no son las adecuadas y que eso está afectando su rendimiento y llevó a varios a que se retiraran.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Texto Juliana Arango Sánchez

bitacora@eafit.edu.co

 

Por una decisión tomada a principios de agosto por el Instituto de Deportes y Recreación de Medellín (Inder), los deportistas del club Ciam (Centro Integral de Artes Marciales) tuvieron que entregar el lugar en el cual practicaban hapkido en el Coliseo Carlos Mauro Hoyos, en el Aeroparque Juan Pablo II.

 

Según les informaron, en ese lugar se tiene pensado construir la pista de bicicross que llevará el nombre de Mariana Pajón y que por eso debían desocupar las instalaciones.

 

Pero los perjudicados fueron más: deportistas que practican judo, tenis de campo, boxeo, patinaje artístico, hockey y kun-fu, quienes igualmente tuvieron que entregar el lugar en el que practicaban.

 

Juan Ernesto Morales, uno de los profesores de hapkido, se llevó una no muy grata sorpresa después de llegar de un campeonato en Corea en el cual quedaron campeones: al volver se enteró de que el Inder necesitaba tener una reunión urgente con todos los ocupantes del Coliseo Carlos Mauro Hoyos.

 

Los deportistas que llegaban de Corea estaban invitados a los Juegos Mundiales en Cali para una exhibición. “Por ese motivo, a la reunión a las que nos citó el Inder yo no pude ir”, comentó Morales.

 

“La reunión se realizó el 1 de septiembre y nos pidieron que desalojáramos en 30 días y que nos mandarían a la ludoteka del Inder en la Loma de los Bernal”, explicó.

 

El deportista manifestó que por la lejanía y por la poca accesibilidad que tiene al lugar para muchos de sus estudiantes, ellos no volvieron a entrenar.

 

Dificultades con el espacio

 

Al preguntarle si las condiciones de este nuevo local son aptas para practicar su arte marcial, algo enojado contó que el sitio no tiene la altura suficiente para trabajar con armas, no pueden practicar salto alto, en varias ocasiones les toca quedarse afuera para contar con el espacio suficiente, y que es un lugar muy encerrado que no sirve para entrenar artes marciales.

 

¿Qué piensa él sobre la decisión que tomó el Inder? “Fue muy apresurada. Ellos necesitaban el local y nos han dejado muy claro que los locales son del Inder y que nosotros somos nada más unos ocupantes”.

 

A ciertos locales del Coliseo Carlos Mauro Hoyos, como el que tenía hapkido, se les invirtió más de tres millones en reparaciones para evitar las inundaciones y que los deportistas pudieran seguir practicando allí.

 

Juan Carlos Mosquera, deportista de alto rendimiento de este arte marcial, contó: “Cuando llegamos del campeonato en Corea me tocó salir para Cali a los Juegos Mundiales y cuando volví me enteré de que teníamos que desocupar el lugar en que entrenábamos y esa no fue una buena noticia”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué piensan los deportistas de kun-fu?

 

El profesor Juan Guillermo López, quien también fue enviado a la ludoteka del Inder, comenta que muchos de sus alumnos también dejaron de asistir a sus clases por la lejanía.

 

Confirmó que las condiciones del local no son aptas ya que el tamaño del local es de una oficina y se necesita espacio para practicar un arte marcial que requiere de mucho movimiento.

 

¿Qué dice el Inder?

 

No se pudo obtener una entrevista con los directivos, pero algunos funcionarios comentaron que tienen entendido que el desalojo es momentáneo, mientras que se construye la pista de bicicross, y que luego los deportistas podrían volver a los locales, aunque no se sabe con seguridad si es seguro ni cuándo.

 

El terreno que se utilizará para la construcción de la pista serán las canchas de tenis. Lo poco que saben los deportistas es que los locales que tenían los otros deportes serán utilizados para las oficinas de Metroparques, entidad del Municipio de Medellín que maneja el Aeroparque Juan Pablo II.